lunes, 9 de diciembre de 2013

"Despierta ese Ser Consciente que hay en Ti, para que aprenda sabiamente las maravillosas lecciones que la vida le trae cada segundo"

Como facilitador de procesos de aprendizaje desde hace más de 20 años, he venido observando que la consistencia y  permanencia del aprendizaje, cualquiera que éste sea,  está estrechamente ligado con el grado de consciencia con el que éste es adquirido.

A su vez, dicho grado de conciencia está soportado en la "actitud básica de vida" que existió en el "momento" (*) del aprendizaje y que puede haber estado o no explícita y conscientemente presente en dicho momento.
Estas líneas son una síntesis de dicho pensamiento y, esencialmente, una invitación a explorar la vida como un continuo aprendizaje, donde cada lección aprendida nos hace crecer en sabiduría.
(*) Momento de aprendizaje: Minuto o segundo de vida consciente
ACERCA DEL APRENDIZAJE
Desde siempre el "aprendizaje" ha tenido un gran significado para la evolución de las especies.  Darwin en una de sus leyes decía que organismo que no se adaptara a las condiciones de su entorno no sobreviviría... Ya ahí, se habla de una dimensión del aprendizaje para la supervivencia.
Con posterioridad, diferentes disciplinas del conocimiento han estudiado el aprendizaje en el hombre hasta el punto que  algunas escuelas psicológicas lo han denominado como "proceso psicológico superior" relacionándolo estrechamente con la actividad del pensamiento y del desarrollo del lenguaje.
Así mismo, muchas definiciones se han dado de la palabra aprender  y términos derivados de éste, como aprendizaje, aprendiz y otras más, juegan hoy un papel protagónico en infinidad de teorías del comportamiento.
Si bien es cierto entonces, que el aprendizaje puede concebirse desde diferentes perspectivas, clasificarse en niveles evolutivos, o según sea su naturaleza y otras cuentas mas visiones teóricas, no es el objetivo de este documento (ni del taller) efectuar una profunda revisión conceptual sobre el tema, sino más bien aproximarnos a la comprensión, desde la vivencia, de la consciencia del aprendizaje y de la importancia de aprender conscientemente.
“Lo que no se resuelve, vuelve”
Luis Enrrique Mejía
¿COMO APRENDEMOS?
Una aproximación a la naturaleza del aprendizaje nos permite entender que para que éste ocurra es porque sucede en la vida un hecho, una experiencia que “toca” profundamente, al ser humano y lo sacude en sus fibras más profundas. Este estado acompañado de una toma de consciencia ampliada de la realidad ocurrida, actúa como detonador del proceso de aprendizaje, sí y sólo sí, va acompañado de algún cambio interno (generalmente a nivel de las creencias) que soporta un hacer diferente en el afuera.

Si no ocurre ese cambio, probablemente la experiencia se vuelva un dato en la memoria que puede llegar a pasar como una anécdota más. Así la experiencia puede repetirse luego en otro lugar con los mismos u otros protagonistas y no pasar nada. Sólo se repitió la historia. De ahí que el aprendizaje tiene un carácter resolutorio.

Ahora Hablando del aprendizaje desde una perspectiva holística, podemos decir que éste es, en esencia, el componente vital del para qué de nuestra existencia: VIVIR ES APRENDER.
Desde que nacemos hasta que morimos estamos “expuestos”, queriéndolo o no, a infinitas oportunidades de aprendizaje. Es más, invertimos mucho tiempo de nuestra corta existencia en procesos de aprendizaje:
  • Para ganarnos la vida: Desarrollamos habilidades y destrezas buscando perfeccionarnos en múltiples oficios que nos permitan obtener desde la subsistencia misma (cocinar, trabajar en un oficio, etc.) hasta el disfrute con aquellas actividades que aprendemos “por gusto” (un idioma, interpretar un instrumento musical, etc.)
  • Para relacionarnos durante la vida: Aprendemos a transformar hábitos, costumbres, actitudes, formas de comunicarnos, ideas, creencias, etc. para convivir en relación permanente con otros y el entorno.
  • Para realizarnos en la vida: Buscamos que cada acto tenga un fin trascendente y auto-realizador para lo cual aprendemos desde la consciencia, desde la sabiduría de lo elemental y lo simple, a servir y amar. Así, desde esta perspectiva, el aprendizaje puede ser visto como la “tarea vital” de la vida.
EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA
Ser consciente en este contexto es ser capaz de "darse cuenta" en detalle de los pasos que se dan y los umbrales que se cruzan cuando se está en un proceso de aprendizaje. 
Es estar totalmente presente en el “aquí” y en el “ahora”, observándose y observando, la manera como estamos interactuando, en la vida y con la vida.
Así la consciencia total a través de los sentidos (internos y externos) están actuando para "garantizar" que el momento del aprendizaje afecte todo el Ser dándole entonces al aprendizaje un carácter de trascendente y al individuo un sentimiento de profunda conexión consigo mismo y con la vida.
Despertar la consciencia es un “acto de soberanía” consigo mismo, con el otro, con la existencia. Es entrar en contacto con lo profundo, lo esencial, lo vital, lo que nos moviliza hacia ese “ser mejores” en cada oportunidad. 
Ahora bien “mantenerse” en el vivir desde la consciencia es posible si se vive como un eterno proceso de aprendizaje. La “verificación” consciente de lo vivido convierte el aprendizaje en un acto creativo
Así, Aprendizaje y Consciencia se ligan intensamente ya que el uno y el otro hacen posible el camino de vida hacia la sabiduría y la completación, hacia el encuentro con el Todo.
Como partícipe de ese caminar, los invito a crecer y compartir con otros cada pequeño paso que sea dado siempre  desde el amor!    
           
Rafael G. Hernández M.

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