viernes, 4 de octubre de 2013


Vamos al Grano
(Introducción omitida por razones humanitarias con los gerentes adictos al trabajo)

¿Cuál es el reto de ser gerente hoy?
Desde el sistema económico que rige (al menos por un tiempo más), la respuesta es supremamente sencilla en la mayoría de los contextos organizacionales globales y locales: SER PRODUCTIVO.
Ello puede implicar, según el caso,  entre otros:

  • Hacer que la empresa gane más dinero
  • Trabajar con menos personas
  • Bajar los costos de producción (incluída la nómina)
  • Innovar en productos o servicios
  • Ganarle a la competencia
  • Tomar buenas decisiones
  • Agradarle al jefe
  • Hacer un postgrado
  • Luchar con el poder de otras áreas
  • Hacer que la gente haga lo que tiene que hacer
  • Mejorar los indicadores
  • Tranquilizarse cuando sus ideas no son escuchadas o implementadas
  • Mantenerse actualizado de lo que pasa en el sector, en el mundo
  • Motivar a su equipo de trabajo
  • Ser visionario, estratega, aguerrido…
  • Trabajar muchas horas en la semana
  • Conseguir muchos clientes
  • Tener a todos contentos
  • Enviar correos, leer correos.
  • Producir informes y leer informes
  • Ser buen jefe (aunque muchos digan que es liderazgo)
  • Asistir a muchas reuniones
  • Y como 200 más.

Algunos dirán, pero ese es el trabajo, el deber ser (léase hacer), para eso me pagan, para ello estudié, por eso me contrataron, para eso soy bueno…
Obviamente según el sistema de creencias que lo habite mentalmente y la cultura de la organización para la cual trabaje, ello puede ser cierto, aunque no necesariamente lo deseable y necesario.
Hoy asistimos a un gran cambio de pensamiento universal  que veremos en los próximos años materializado en una evolución del modelo económico, de la forma de hacer negocios,  la manera de trabajar y por ende la manera de vivir.
Y es esta generación de gerentes de hoy (creo que entre los 28 y 35 años) la que verá ese cambio acelerado en el paradigma de la tarea gerencial.
El viejo concepto del trabajo (que viene desde ganarás el pan con el sudor de tu frente), el hacer del trabajo el centro de la vida, todo lo que llamamos modernidad y lo que algunos creen que es desarrollo, ya no irá más. Con todo ello hemos empobrecido una gran cantidad de personas en el mundo, hemos deteriorado el medio ambiente, hemos hecho del consumo la primera necesidad básica y estamos creando generaciones que ya no se relacionan cara a cara porque no hay tiempo para ello (y porque existen whatsup, Messenger, y otros más)
Entonces, si todo lo anterior es el panorama comúnmente aceptado ¿porque hablar de otros retos gerenciales?
En mi tarea de 22 años como consultor y facilitador de experiencias de aprendizaje en el mundo organizacional y también terapeuta holístico, he venido observando que los modelos de gestión producto de tantas teorías (más bien modas gerenciales) hacen cada vez menos feliz a la gente en el trabajo. Cientos de personas preferirían o bien estar haciendo algo diferente, trabajar para otra firma o cambiar de área para temer otro jefe.  Muchos lo están haciendo y el tema de la rotación de personal no es ajeno a muchas empresas, ni las mediciones de clima organizacional las más alentadoras acerca sobre la calidad de vida en el trabajo.
¿Entonces cuál es el reto gerencial de hoy?
Más allá de la tarea que han emprendido muchas organizaciones sobre su responsabilidad social, las prácticas de buen gobierno y otras tantas iniciativas, algunas de las cuales son remediales o asistenciales más no aportantes a un cambio en el modelo de desarrollo, existen varios retos de fondo para un gerente hoy. Hablaremos al menos de uno o dos.
El primero y no quiere decir que sea el más importante, aunque sí es de fondo, es conocer y ayudar a re-significar el sentido del trabajo hoy para el mismo y para su gente. ¿Para qué trabajas? ¿Para qué en esta empresa? ¿Es esta tu verdadera vocación o simplemente tu profesión u oficio? ¿Qué te hace sentir triste en el trabajo? ¿Dónde aportas lo mejor de ti? ¿Qué necesitas para ser mejor persona? ¿Cuál es el legado que quieres dejar en la vida? ¿Cómo puedo contribuir a tus propósitos? ¿Qué te alegra el alma en el trabajo?
¿Preguntas existenciales? Quizás. Peros son las que verdaderamente mueven el interior de las personas y las que, con certeza, forman parte de su diálogo personal e íntimo, a veces compartido con alguien que vibra en la misma frecuencia. Preguntas de las que poco o nada se conversa en la cotidianidad porque los espacios cada vez son menores y el fantasma de la productividad ha alejado todo brote de humanismo en el mudo laboral.
No sé si sea un simple slogan pero creo que no sea gratuito que una entidad bancaria muy reconocida “le esté poniendo el alma” a lo que hacen interna y externamente. No es gratuito tampoco que en Europa un grupo de banqueros haya creado una nueva forma de banca que financie proyectos de felicidad y bienestar social y que los ahorradores conozcan siempre que se financia con su dinero. Tampoco es simple moda el fenómeno del estilo de trabajo en Google  y varias empresas del Silicon Valley en California y de los planteamientos de un grupo de prestigiosos economistas de Canadá que le apuntan a prácticas de intercambio de productos y servicios en reemplazo de la moneda corriente, como tampoco lo es el estilo de vida de la Comunidad Suralá en Bogotá Colombia, experimentando nuevas formas de relación, de compartir de ayudarse, de experimentar la convivencia.
Un segundo reto de ser gerente hoy, tiene que ver con la tarea de ser generador del desarrollo de las personas, de su equipo de trabajo.  Para algunos, esta tarea se cumple simplemente por el hecho de delegar funciones, encargarle nuevos proyectos, retarlo a más resultados,  es decir más de lo mismo disfrazado de oportunidades.
Ser generador del desarrollo de otros es más que entrenar, capacitar, o la moda del ser coach (de la productividad). Ello implica, en coherencia con la resiginificación del trabajo, acompañar al otro en el proceso de descubrirse permanentemente, no simplemente para mejorar sus “debilidades” y aprovechar sus “fortalezas” si no , de manera profunda para permitirle ser quien realmente es, facilitarle el máximo desarrollo de su potencial creador en aras de encontrar en el mundo del trabajo, un goce y un disfrute por la vida misma que se extienda al ámbito familiar y personal.  Cuando se ocupa una posición socialmente llamada jerárquica o superior, la tarea esencial debe ser ponerse al servicio de los demás. No los demás a su servicio.
Digo con frecuencia en los espacios corporativos de formación “No hay nada más gratificante en la tarea gerencial que acompañara un ser humano a ser mejor persona”.  Sólo de esta forma se justifica el encargo de ser gerente de un equipo. Lo demás, incluyendo los resultados, será consecuencia de lo sembrado, de lo abonado y de la paciencia necesaria para saber cosechar oportunamente. Ahí está el reto de Ser Gerente Hoy.

Rafael G. Hernández M.
Septiembre  22 de 2013

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